Aunque no es el edificio más alto de Moscú, "Evolución" es un rascacielos único y finalista al premio "Mejor Rascacielos de Europa". Su forma con un giro extremo es lo que la hace destacar y honrar su nombre
No se trata del edificio más alto en Moscú, sin embargo su forma única la llevó a ser nominada finalista como “El mejor rascacielos de Europa” por el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano. Y es que su giro, clasificado como extremo, la convierte en una construcción que hace honor a su nombre: evolución.
A simple vista, la Torre Evolución asemeja a dos cintas que viran sobre un centro. Con la rotación de tres grados que tiene cada piso, logra dar una vuelta de un total de 135 grados, haciéndonos pensar en la cadena de ADN que da origen a la vida. Esta forma tan expresiva la llevó a ocupar el segundo puesto en el Premio de Rascacielos Emporis de 2015.
Su estilo, llamado neofuturista, fue idea de la reconocida firma de arquitectos RMJM (autores, entre otros, del Centro de Convenciones del Parque Olímpico en Beijing) y los artistas Karen Forbes y Tony Kettle, quienes aseguran que su inspiración estuvo basada en la escultura “El beso” de Rodin, la Catedral de San Basilio (de la Plaza Roja) y el Monumento a la Tercera Internacional (proyecto del escultor ruso Vladimir Tatlin, en los años 20 del siglo pasado). Y su intención fue conservar la estética tan peculiar de la ciudad rusa.
Cuenta con 246 metros de altura en 55 pisos dedicados a oficinas; entre ellas un registro civil, por lo que es conocida de manera alternativa como “el palacio del matrimonio”. Se ubica en el Centro Internacional de Negocios de la capital rusa y su construcción tuvo lugar de 2008 a 2015. En 2016 fue adquirida por Transneft al precio de mil millones de dólares. Su estructura está compuesta en su mayor parte de concreto y cuenta con 17 veloces elevadores que avanzan a siete metros por segundo. Así pues, la Torre Evolución complementa con sensibilidad el paisaje urbano de Moscú, respetando también su energía y dinamismo.